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¿Sabías que los «Gremlins» eran criaturas del folklore de los pilotos de la Segunda Guerra Mundial que saboteaban aviones?

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Los gremlins surgieron como respuestas humanas a fallos en vuelo. Pilotos y mecánicos nombraban a esas criaturas cuando algo inexplicable ocurría en plena misión.

En la RAF y en tripulaciones de B-17 sobre Alemania, la figura se volvió mascota y amuleto entre 1942 y 1945. Aquella doble imagen —saboteador y protector— revela mucho sobre la vida en la aviación militar.

Relatos desde los años 1920 y publicaciones como la obra de Roald Dahl en 1943 ayudaron a fijar su historia en la cultura popular. Cortos animados y series llevaron ese folclore a un público aún mayor.

Este artículo explora el origen, las explicaciones racionales y el impacto en la moral de tripulaciones. Como ejemplo, contaremos cómo un gremlin llegó a ser mascota de un B-17, mostrando la naturalización del mito en el mundo aeronáutico.

Conclusiones clave

  • Los gremlins son parte del folclore aeronáutico usado por pilotos para explicar fallos.
  • Relatos desde 1920 y la RAF consolidaron su presencia en la segunda guerra mundial.
  • Roald Dahl y Disney impulsaron su difusión en la cultura popular.
  • Fueron tanto mascotes de escuadrón como símbolos de precaución.
  • Estudiaremos causas racionales y su efecto en la moral y seguridad de tripulaciones.

De duendes de hangar a mito de guerra: folclore, aviación y superstición

En tiempos de guerra, la jerga aérea incorporó figuras míticas para dar sentido a errores en vuelo.

Etimología y primeras menciones

El término podría venir del holandés grimmelen (invadir) y de voces antiguas en inglés como greme, que significan molestar. Se documenta en la jerga de la Royal Naval Air Service y en la RAF desde los años 1920.

Superstición en la fuerza aérea

En la RAF, los aviadores llevaban talismanes y pequeños muñecos llamados gremlins de suerte para combatir a sus homólogos malévolos. El Museo de la RAF recoge testimonios sobre amuletos usados antes de vuelos peligrosos.

Explicaciones racionales

Investigadores como Charles Massinger, en 1944, propusieron que esos mitos funcionaban como defensa ante el estrés y la novedad tecnológica. Problemas reales —hipoxia, fatiga o fallos eléctricos— se personalizaban en un «bug» que actuaba como chivo expiatorio.

Aspecto Relato popular Explicación técnica
Ruidos extraños Intervención de duendes Cables sueltos o fallos eléctricos
Pérdida de control Sabotaje en cabina Hipoxia, congelamiento de instrumentos
Averías recurrentes Ataque de demonios de hangar Diseño, desgaste o errores de mantenimiento
  • El uso de «bug» aparece como ejemplo histórico desde 1876 con Thomas Edison.
  • En plena guerra, atribuir fallos a criaturas ayudaba a mantener la moral.
  • La combinación de jerga y folclore consolidó una narrativa compartida entre tripulaciones.

El origen de los Gremlins: cómo los pilotos convirtieron fallos en leyenda

A vintage-style illustration depicting the origins of the "Gremlins" - mischievous creatures from the folklore of World War II pilots who were blamed for sabotaging aircraft. In the foreground, a squadron of WWII fighter planes soar through a cloudy sky, with faint silhouettes of small, gnome-like creatures lurking around the wings and engines. In the middle ground, a group of pilots in period-accurate uniforms and gear gesticulate animatedly, recounting stories of the Gremlins' antics. The background features a hazy, sepia-toned landscape of airfields, hangars, and distant mountains. The lighting is dramatic, with shafts of sunlight breaking through the clouds and casting long shadows. The overall mood is one of nostalgic wonder, capturing the origins of this enduring aviation legend.

Historia breve: la prensa y las cabinas tejieron un relato que pasó de anécdota a mito.

Prensa y cabinas: reportes y testimonios

The Spectator publicó menciones sobre el Royal Naval Air Service (1917) y la RAF (1918) que hablaban de “diminutos y malévolos duendecillos”.

Un piloto en 1923 atribuyó un amerizaje a pequeños saboteadores.

Para fines de los años 20, los relatos circulaban entre mecánicos, personal de hangares y columnas de prensa.

Roald Dahl, Disney y la iconografía aliada

Durante la Segunda Guerra, EE. UU. utilizó carteles cómicos desde la Oficina de Gestión de Emergencias para promover seguridad en fábricas.

  • Roald Dahl (ex RAF) publicó en 1943 “Los gremlins” junto a Disney.
  • Se popularizaron términos como fifinellas, widgets y flibbertigibbets.
  • Así, un relato técnico-militar pasó a formar parte del folclore aliado.

En suma, prensa, testimonios y campañas hicieron que apariciones en cabina se transformaran, por vez primera, en cultura popular.

De los cielos a la cultura pop y la tecnología: gremlins, películas y “errores” modernos

La figura folclórica traspasó hangares y aterrizó en pantallas y sistemas. Así, un motivo nacido en cabinas encontró nuevos públicos y significados.

Del mito al cine: película 1984, secuelas y apariciones clásicas

Joe Dante dirigió la película 1984 que reimaginó al gremlin para un público masivo. El éxito consolidó una imagen distinta a la veterana de aviación.

Hubo antes apariciones en Merrie Melodies (Falling Hare, 1943) y en Russian Rhapsody (1944), y más tarde en The Twilight Zone y Pasajero oculto.

Jerga técnica: de imprenta y F1 a fallos que «aparecen»

En imprentas el término sirvió como ejemplo para errores que emergen pese a revisiones; su antecesor medieval fue Titivillus.

En Fórmula 1 se usa para problemas esquivos en motor, neumáticos o caja de cambios, igual que en aviones cuando un fallo no tiene explicación inmediata.

Del gremlin al daemon y a gusanos traviesos

En informática, daemon nació en el MIT (Proyecto MAC, 1963) con inspiración en el demonio de Maxwell. Así, la idea de un saboteador invisible pasó a procesos en segundo plano.

“I’M THE CREEPER: CATCH ME IF YOU CAN!” — mensaje histórico del gusano Creeper (1971).

Otros ejemplos notables son WANK (1989) y Blaster (2003), que mostraron la cara burlona y disruptiva de estas amenazas.

  • Conclusión breve: el gremlin moderno vive en pantallas y redes, manteniendo viva la metáfora del saboteador invisible.

Conclusión

Lo que empezó como explicación rápida en hangares pasó a ser parte de un folclore vivido por pilotos y aviadores entre guerras.

Más allá de su existencia mítica, esas criaturas cumplieron una función clara: explicar fallos, reducir la ansiedad en vuelos y levantar moral en tiempos de guerra mundial.

Tras la segunda guerra, el interés decayó hasta su reaparición masiva en 1984, cuando el cine fijó por vez primera una imagen popular con gran éxito.

La mezcla de explicación técnica (hipoxia, estrés, fallos eléctricos) y naturaleza literaria explica por qué el término sigue vivo. Hoy, el gremlin funciona como metáfora para un error invisible en sistemas tan distintos como aviones o redes.

Entender sus orígenes culturales ayuda a separar mito de realidad operacional y a valorar cómo la historia técnica del siglo XX se entrelazó con la cultura.

Para revisar su paso al cine retro, consulta una mirada histórica en esta reseña.

FAQ

¿Qué eran exactamente estas criaturas en el folklore de pilotos de la Segunda Guerra Mundial?

Eran personajes fantásticos imaginados por aviadores para explicar fallos mecánicos y accidentes. Se decía que saboteaban aviones dentro de hangares o en pleno vuelo, convirtiéndose en una forma de compartir miedos y aliviar la tensión del combate.

De dónde viene la palabra y cómo llegó a la jerga aérea?

El término proviene de voces anglosajonas y germanas antiguas —como grimmelen— que evolucionaron en la jerga británica y estadounidense. En la aviación de los años 1920 y 30 se popularizó para nombrar molestias inexplicables en máquinas y equipos.

Por qué la Royal Air Force hablaba de estos duendes y qué hacían los pilotos al respecto?

La RAF recogía relatos que mezclaban superstición y tradición oral. Los tripulantes llevaban talismanes, realizaban rituales sencillos y atribuían buena o mala suerte a objetos; así explicaban fallos y mantenían la moral alta entre camaradas.

Existen explicaciones científicas para los incidentes atribuidos a los gremlins?

Sí. Muchos problemas se deben al estrés, fatiga, errores humanos, condiciones de hipoxia en cabinas y fallos mecánicos comunes. Llamar “gremlin” a un problema ofrecía un chivo expiatorio socialmente aceptable.

Cómo contribuyó la prensa y la literatura a convertir estas historias en leyenda?

Medios como The Spectator y relatos de aviadores difundieron anécdotas que circularon rápidamente. Escritores y periodistas recogieron testimonios que intensificaron la imagen de pequeñas criaturas traviesas.

Qué papel jugó Roald Dahl y Hollywood en la iconografía popular?

Roald Dahl escribió relatos sobre esas figuras, y la industria del cine y estudios como Disney y Warner Bros popularizaron diseños y tramas. La película de 1984 consolidó una imagen familiar y comercial de los personajes.

En qué sentido el término saltó a la tecnología y la cultura moderna?

El término empezó a usarse para describir errores técnicos imprevisibles: desde imprentas y Fórmula 1 hasta sistemas informáticos. “Gremlin” pasó a significar cualquier fallo persistente de origen incierto.

Hay relación entre gremlins y términos informáticos como daemon, bug o worm?

Sí. Conceptualmente, todos son etiquetas para procesos o errores que perturbaban sistemas. En informática se popularizaron palabras como bug, daemon y worm (por ejemplo Creeper) para describir amenazas y fallos, siguiendo la tradición de atribuir vida propia a problemas técnicos.

Son reales estas criaturas o solo símbolos culturales?

Son símbolos culturales. No hay evidencia de seres físicos; su existencia pertenece al folclore de aviadores. Cumplen una función social: explicar lo inexplicable y crear identidad entre quienes comparten la experiencia del vuelo.
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