El Chonchón es una leyenda que atraviesa pueblos del sur de Chile y la Patagonia argentina. Cuenta la historia de una extraña criatura y de brujos que, según la tradición, usan un poder para desprender una cabeza que vuela de noche.
Este mito nació en el mundo mapuche y se mezcló con relatos rurales. Sus gritos nocturnos —el famoso «tué, tué»— trajeron miedo y presagios a generaciones.
En la memoria colectiva, las historias sobre este ser convivieron con otros mitos locales. Así, la figura se integró al paisaje cultural y a las prácticas de quienes creen en espíritus wekufe y en la acción de kalku.
Puntos clave
- Origen mapuche y difusión en Chile y la Patagonia.
- Relato sobre una cabeza volante asociada a brujos.
- El grito nocturno se vincula con presagios de enfermedad o muerte.
- Conexión con otras aves y mitos del sur chileno.
- Historias orales que mantuvieron viva la tradición.
- Presencia en la memoria del pueblo como símbolo de alerta.
Guía definitiva sobre El Chonchón: qué es, de dónde viene y por qué nos sigue inquietando
Esta guía explica de forma clara la leyenda y el mito que rodean a chonchón. Aquí definimos su papel social y simbólico en el sur de Chile.
En su origen mapuche, la figura surgió como la transformación de un kalku que separaba su cabeza y volaba con ayuda de espíritus wekufe. Con la colonia, la narración cambió y se vinculó a brujos que “sirven al diablo”.
Las historias cuentan que el grito “tué, tué” avisaba desgracias y rondas nocturnas sobre casas con enfermos. También explica por qué relatos modernos confunden aquel sonido con aves como el chuncho austral.
Muchas comunidades entendieron el fenómeno como símbolo de poder oculto y advertencia en las noches. A continuación ofrecemos una ruta de lectura: origen, nombres, señales y formas de protección.
«Su grito nocturno funcionó como un marcador social: protección, miedo y cuidado en tiempos inciertos.»
- Origen cultural y transformación colonial.
- Señales nocturnas y confusión con aves reales.
- Lectura práctica para entender su presencia en el mundo rural.
El Chonchón

La leyenda recoge un relato complejo que parte de prácticas mapuches y llega hasta las noches de los pueblos del sur. Aquí veremos cómo esa tradición se transformó y cómo se llama en distintas localidades.
Origen mapuche: del kalku y los espíritus wekufe a la leyenda colonial
En su origen, la figura no era un ente autónomo, sino la forma en que un kalku —un brujo— obtenía poder para actuar de noche.
Los espíritus wekufe eran aliados en esos relatos. Su intervención explica por qué la tradición mezcla magia, daño y misterio.
Con la colonia, la narración adquirió capas morales. Se vincularon prácticas a brujas que supuestamente hacían pactos diabólicos, lo que cambió la interpretación comunitaria.
Nombres y presencia en Chile y Patagonia: Chon-chon, Quilquil, Totué, El mau
La criatura aparece con varios nombres según el valle o la isla. Quilquil, Totué y El mau son variantes que reflejan historias locales.
En el pueblo su mención servía como advertencia contra envidias y secretos. Ese rol social ayudó a fijar el mito en la memoria colectiva.
«Los relatos funcionaron como un espejo: señalaron rivalidades y protegieron a la comunidad.»
- No era solo un monstruo: era la técnica del brujo para trabajar en secreto.
- Wekufe: espíritus claves en la construcción del miedo.
- Variantes regionales: ayudan a reconocer referencias en relatos locales.
Descripción y señales en la noche: cómo reconocer a la criatura
Al caer la noche, la descripción más repetida habla de una cabeza con plumaje gris y rasgos humanos. Esa forma central define la imagen que acompaña a muchos relatos.
Cabeza humana con alas de unas enormes orejas y garras afiladas
La figura aparece como una cabeza humana rodeada de plumaje. De sus costados brotan orejas tan grandes que funcionan como alas.
Debajo, sobresalen garras fuertes que completan la silueta nocturna.
El fatídico grito “tué, tué”: sonido, momentos y presagio de muerte
El fatídico grito —descrito como «tué, tué»— es el sonido que alertaba a las familias. Se escuchaba en horas críticas y se vio como señal de enfermedad o desgracia.
Ojos brillantes, vuelo nocturno y rondas sobre la casa del enfermo
Los relatos mencionan ojos que brillan en la noche y un vuelo rasante, casi silencioso. Estas rondas sobre casas con enfermos aumentaban el temor colectivo.
El miedo en el pueblo: cuándo su presencia puede ser un mal augurio
La presencia provocaba vigilias y medidas protectoras. En noches de luna delgada el pánico era mayor y las historias se multiplicaban.
| Rasgo | Descripción | Interpretación |
|---|---|---|
| Cabeza | Humana, con plumaje gris | Sello humanoide del mito |
| Alas / Orejas | Orejas descomunales que actúan como alas | Elemento distintivo y aterrador |
| Gritos | “tué, tué” | Presagio auditivo de enfermedad |
| Vuelo | Nocturno, rasante, ojos brillantes | Señal de rondas sobre casas |
La transformación del brujo o calcu: secretos, poder y riesgos
Los relatos cuentan un ritual que mezcla un ungüento, palabras y un riesgo real. Un brujo guardaba el secreto para alterar su cuerpo y volar de noche.
Ungüento en la garganta: separación de la cabeza y plumaje para volar
La técnica empezaba untando un ungüento en la garganta. La cabeza se desprendía y adoptaba una forma apta para el vuelo, con plumaje y garras.
Algunas versiones hablan solo de la cabeza-ave; otras dicen que el cuerpo quedaba parcialmente cubierto de plumas.
“Sin Dios ni Santa María”: palabras de poder y las peligrosas variaciones
Las palabras eran clave. Muchos recitaban frases como “Sin Dios ni Santa María” para aumentar el poder.
Si el brujo erraba, perdía el control y podía caer. El fallo en el rito exponía al espíritu a sufrir daños irreversibles.
El retorno al cuerpo y la maldición de quedar atrapado como ave
Para volver se necesitaba otro ungüento. Sin él, la transformación podía ser permanente y provocar una maldición.
Relatos cuentan que, ante la pérdida del remedio, el afectado a veces prefería lanzarse a la muerte antes que quedarse atrapado. En la mañana podía hallarse un búho o lechuza muerto donde antes estuvo el brujo.
| Elemento | Procedimiento | Riesgo |
|---|---|---|
| Ungüento | Aplicado en la garganta para separar la cabeza | Perder el frasco impide el retorno |
| Palabras | Fórmulas recitadas para potenciar el vuelo | Error provoca caída o pérdida de control |
| Forma | Cabeza con plumaje o cuerpo ave según la versión | Quedar atrapado como ave |
| Retorno | Segundo ungüento para reintegrar el cuerpo | Si falta, maldición y posible muerte del ave |
Propósito y relatos: enfermedad, sangre y reuniones nocturnas
En muchas aldeas del sur, las historias describen noches en que una figura ronda casas con enfermos.
Propósito aparece en los relatos como doble: debilitar a la víctima y asistir a aquelarres donde se intercambian secretos.
Visitas al enfermo y lucha por el alma
Las narraciones cuentan que la criatura entra a la habitación del enfermo. Allí se enfrenta al espíritu de la persona y busca saciarse.
En algunas versiones, se describe cómo chupa la sangre para debilitar al cuerpo. Si la comunidad no interviene, la muerte puede ser el desenlace.
Aquelarres, Quicaví y ataques por encargo
Otras historias ubican reuniones en el camino a Quicaví. Ese trayecto funciona como símbolo de travesía hacia aquelarres y pactos nocturnos.
También hay testimonios sobre encargos: terceros que ordenan ataques contra una persona. Esto transforma el mito en instrumento de conflicto social.
«Si la casa no vela, la noche decide; muchas familias organizaban rondas para evitar el peor desenlace.»
| Aspecto | Acción | Consecuencia |
|---|---|---|
| Visita nocturna | Entrada a la habitación del enfermo | Debilitamiento y riesgo de muerte |
| Ritual social | Aquelarres en caminos como Quicaví | Intercambio de secretos y encargos |
| Ataques por encargo | Envió por terceros | Conflicto entre familias y miedo en el pueblo |
| Protección | Velas y vigilias comunitarias | Interrupción de la acción y posible salvación |
Entre mito y naturaleza: aves reales confundidas con el Chonchón
En las noches del sur, muchos vecinos confundieron cantos de aves con señales sobrenaturales. Esa mezcla de miedo y observación natural creó interpretaciones que perduran.
Pequén, queltehue y chuncho austral: similitudes en ojos, garras y sonido
El pequén y el queltehue emiten vocalizaciones que, en la oscuridad, suenan inquietantes. Su sonido se presta a la confusión en veredas y patios rurales.
En la Patagonia y Chiloé, el chuncho austral destaca por sus ojos amarillos y sus poderosas garras. Su defensa del nido y llamadas rasgadas reforzaron relatos que asociaron al ave con presagios.
“Tue-tue” en el mundo de las aves: por qué el mito persiste en las noches
El famoso “tue-tue” tiene raíces en vocalizaciones reales. Pero el mito añade un marco simbólico que trasciende la biología.
Ese eco cultural, a menudo, causó persecución contra las aves cuando se posaban sobre casas. En el mundo rural, el miedo primó sobre el conocimiento.
Para entender mejor la confusión entre canto y presagio, es útil leer investigaciones locales sobre el tema, como este artículo sobre el “tue-tue” y la tradición popular. En embargo, hay que reconocer que la ave es parte del equilibrio natural y merece respeto.
Cómo protegerse del Chonchón según los relatos populares
Los vecindarios del sur guardan costumbres concretas para proteger la casa y a quienes viven en ella. Estas prácticas combinan palabras, objetos y reglas comunitarias que buscan cortar la influencia y el miedo.
Oraciones y palabras que funcionan como barrera
Repetir el Credo tres veces es una de las fórmulas más citadas. Otra variante obliga a rezar el Padre Nuestro al revés o invocar la oración de San Cipriano en voz baja.
«Rezar y hablar en voz firme sirve para marcar límites y dar calma a la familia.»
Sal y devolución: pacto simbólico
Ofrecer sal a la presencia puede ser eficaz, pero la regla popular exige devolverla al día siguiente si alguien viene a pedirla. Si no se cumple, la tradición dice que la maldición puede ser mayor.
Señales en la casa y gesto final
Colocar una calavera de caballo sobre la puerta o bendecir la casa eran medidas visibles para espantar la amenaza. Al oír el sonido nocturno, se aconseja gritar: “¡Que vayas por buen camino!” para cortar el mal antes de que pueda partir por el camino.
| Medida | Acción | Propósito |
|---|---|---|
| Credo / Padre | Rezar en voz clara | Romper influencia y dar calma |
| Sal | Ofrecer y devolver al día | Pacto simbólico que evita venganza |
| Señales | Calavera y bendiciones | Protección visible de la casa |
| Grito | “Que vayas por buen camino” | Cortar el mal antes de que se vaya |
Conclusión
La historia compuesta por generaciones revela más sobre comunidad que sobre la criatura. Esta leyenda sintetiza un origen mapuche reelaborado en la colonia y muestra cómo el pueblo nombró temores y creó cuidados en la noche.
Recordemos los rasgos icónicos: una cabeza con unas enormes orejas que actúan como alas, ojos brillantes y garras; el fatídico grito que tantos relatos sitúan junto a enfermos.
Las respuestas comunitarias —oraciones, sal y señales protectoras— reivindican el poder del vecino para recuperar el control del hogar.
También conviene distinguir mito y fauna: aves reales comparten sonido y forma, por eso es útil leer la leyenda del chonchón con respeto por la naturaleza.
En definitiva, el hilo común es la transformación: poder, secreto y cuidado que cruzan noches e historias, y que invitan a unidad frente al miedo.