Una mirada clara y amable al origen de una tradición que une familias en la noche del 5 al 6 de enero.
En los evangelios canónicos, solo Mateo menciona a unos visitantes «desde Oriente» que ofrecen oro, incienso y mirra; no hay número, nombres ni un título real explícito.
La imagen de tres monarcas con nombres se consolida por capas: iconografía medieval, interpretaciones teológicas y costumbres populares. La primera representación con nombres aparece en la Rávena del siglo VI, pero su fijación tardó siglos.
En España, la costumbre de la cabalgata y los regalos se cristaliza en el siglo XIX. La procesión documentada en Alcoy (1866) marcó un momento clave que luego viajó por el mundo hispano.
Esta introducción explica por qué la versión popular difiere del texto antiguo y cómo esa brecha se llenó con tradición y símbolos. En Chile, la fecha convive con otras celebraciones veraniegas, sin perder su encanto familiar.
Conclusiones clave
- El evangelio de Mateo es la única fuente bíblica que menciona a los visitantes.
- No hay en el texto nombres, número ni condición regia definida.
- La tradición de la cabalgata surge en el siglo XIX y se populariza en España.
- La iconografía temprana introduce nombres, pero su aceptación fue lenta.
- Comprender el origen amplía, no quita, la magia de la fiesta.
De “magos” a “reyes”: qué dicen realmente los evangelios y la tradición
El evangelio de Mateo presenta a unos visitantes desde Oriente que siguen una estrella hasta Belén. El texto habla del rey recién nacido y de la ofrenda en la casa, pero no especifica cuántos eran ni ofrece nombres.
Mateo 2: magos de Oriente, sin número ni coronas
«Unos magos vinieron de Oriente… buscar al rey de los judíos»
Mateo 2:1-2 y 2:11 solo indica que unos magos llegaron guiados por una estrella y ofrecieron oro, incienso y mirra al entrar en la casa. Eso no demuestra que fueran tres ni que llevaran coronas.
Qué significaba “mago”: sabios-sacerdotes y astrónomos del Oriente antiguo
El término viene del persa ma-gu-u-sha y pasó al griego magos/magoi. En el mundo antiguo designaba a una casta de sabios o sacerdotes con conocimientos astronómicos.
Para el lector de aquella vez, «de Oriente» implicaba autoridad y saber distintos a los rabinos locales. Esa distancia cultural explica por qué la figura se interpretó como sabios oriente, con capacidad para leer señales celestes.
- La narrativa evangélica ofrece una referencia simbólica más que biográfica.
- Generaciones posteriores rellenaron vacíos y, con el paso del siglo, transformaron la imagen hacia los reyes magos.
Reyes Magos historia

Las interpretaciones de los primeros siglos fueron decisivas para fijar un relato que no aparece explícito en el texto evangélico.
Siglo III: lectura que los vuelve reyes
En el siglo iii, escritores como Tertuliano ligaron a los visitantes con la idea de monarcas. Buscaron apoyo en salmos y textos veterotestamentarios que hablan de gobernantes que traen obsequios.
Ese argumento, unido a que había tres presentes, ayudó a consolidar el número en la tradición occidental.
Siglo VI: Rávena y los primeros nombres
El mosaico de San Apolinar Nuovo, en el siglo vi, registra por primera vez nombres sobre las figuras: Melchior, Gathaspa y Balthassar.
La imagen muestra atuendo persa y marcó un antes y un después iconográfico.
Siglos XII–XV y reliquias
Entre los siglos xii y xv se fijó la idea de tres edades y las tres procedencias geográficas. Solo al final de la Edad Media Baltasar aparece con tez oscura.
La leyenda de reliquias trasladadas por Santa Elena y luego a Colonia estimuló peregrinaciones y la construcción de la catedral iniciada en 1248.
Cada siglo añadió nombres, número y matices culturales que transformaron una breve narración en una tradición viva.
Oro, incienso y mirra: simbolismo de los dones y el posible origen de los regalos
Los tres presentes del relato condensan una lectura teológica y un trasfondo cultural que llegó a moldear la costumbre de dar regalos.
Realeza, divinidad y pasión
El oro se interpreta como señal de la realeza del niño. Es un reconocimiento público de autoridad y honor.
El incienso alude al culto y a la divinidad: se asocia con oración y templo.
La mirra anuncia la pasión y la sepultura, una sombra profética sobre el destino humano.
Saturnales y el intercambio de obsequios
La costumbre de ofrecer regalos tiene un sustrato pagano. La Encyclopedia Britannica vincula el intercambio de obsequios con las Saturnales romanas. En esas fechas se decoraban casas y se daban presentes.
Hay además una referencia antigua: en 288 a. C. Seleuco I ofreció oro, incienso y mirra a Apolo, lo que muestra el valor regiosagrado de esos bienes.
- Oro: signo de rey.
- Incienso: lenguaje del culto.
- Mirra: anuncio de sufrimiento.
- La práctica de los regalos pasa por rituales paganos y por el cristianismo, y hoy sigue viva en la vida familiar chilena.
Una vez leída así, la entrega de regalos combina memoria, fe y celebración, y prepara el terreno para la siguiente señal: la Estrella de Belén.
La Estrella de Belén: entre la fe, la astronomía y la historia
Estudiar la estrella exige combinar cálculos astronómicos y lecturas teológicas. Así se busca entender qué señal pudo atraer a quienes vinieron desde Oriente.
Hipótesis del cometa y las conjunciones planetarias
En 1995 Colin Humphreys propuso que la señal fue un cometa visible en el año 5 a. C., apoyándose en registros del Libro de Han.
Según esa lectura, el objeto permaneció más de 70 días y su cola pudo dar la sensación de detenerse sobre Belén.
Antes, las triple conjunciones Júpiter‑Saturno (7 a. C.) y la agrupación Marte‑Saturno‑Júpiter (6 a. C.) habrían preparado el contexto celeste.
Lecturas simbólicas y recorrido posible
La narrativa de Mateo también usa lenguaje teológico: la luz actúa como signo del Mesías y no sólo como fenómeno observable.
La hipótesis astronómica encaja con un itinerario verosímil: los magos podrían haber tardado uno o dos meses en llegar desde regiones como Irak, Irán o Arabia.
En el mundo académico y divulgativo del mundo entero el debate persiste, porque ciencia y fe ofrecen perspectivas complementarias.
| Hipótesis | Apoyo | Ventaja | Limitación |
|---|---|---|---|
| Cometa (5 a. C.) | Registros chinos; Humphreys | Visibilidad larga; posible «detención» visual | No explica todas las referencias simbólicas |
| Conjunciones (7–6 a. C.) | Tablas planetarias; conjunciones notables | Señales reconocibles para astrónomos antiguos | Fenómenos breves, menos espectaculares |
| Lectura simbólica | Género evangélico y tradición teológica | Explica el propósito narrativo y teológico | No responde al «qué físico» del fenómeno |
En conjunto, la discusión sitúa la escena en su tiempo y en su mundo cultural. Esa coexistencia de explicaciones enriquece la comprensión y llega, hoy, hasta las luces de las cabalgatas y las celebraciones populares.
De la Biblia a la calle: cabalgatas, noche del 5 al 6 de enero y costumbres
De la lectura evangélica nació una práctica pública que hoy ilumina la noche del 5 al 6 de enero. La fiesta pasó de texto a desfile y se convirtió en una forma tangible de comunidad.
España: Alcoy y la cabalgata que lo cambió todo
En 1866 Alcoy (Alicante) celebró la primera cabalgata moderna. Desde entonces las carrozas, la música y el reparto de caramelos se replicaron en Madrid, Barcelona y Sevilla.
La procesión urbanizó la tradición y popularizó el gesto de saludar a los niños desde las calles.
América Latina: variantes y rituales
En México se comparte la rosca y en Puerto Rico los niños recogen hierba para los camellos. Venezuela y República Dominicana celebran con reuniones y regalos familiares.
Chile y el mundo hispano
En muchas casas chilenas se escriben cartas, se dejan zapatos en la casa la noche del 5 y se prepara un pan festivo al abrir el día 6. Pequeños gestos —dulces, agua para los camellos— mantienen viva la ilusión.
Si buscas contexto cultural y detalles, consulta esta tradición del día de reyes.
- Ideas prácticas: escribir una carta familiar, elegir un gesto solidario y compartir un dulce comunitario.
- Valor educativo: los niños aprenden gratitud y paciencia más allá del obsequio material.
¿Tres, doce o más? Nombres y número a través de los siglos
A lo largo de los siglos, distintas comunidades decidieron cuántos eran y qué nombres les asignaron. El número no viene del evangelio; se vinculó al simbolismo de los tres dones y a lecturas catequéticas.
De Orígenes y León a las tradiciones orientales
Orígenes sugirió ya una explicación que cimentó el tres en Occidente. El papa León I el Magno consolidó esa lectura en el siglo V.
Variantes armenias y siríacas
En paralelo, comunidades armenias y siríacas conservaron la memoria de doce visitantes. Esa diferencia muestra que no hubo consenso inmediato.
“La fijación fue gradual: arte, liturgia y padres de la Iglesia moldearon la tradición.”
- Los nombres aparecen en el mosaico de Rávena (siglo VI) y en textos apócrifos como el Excerpta latina barbari.
- Los nombres varían según lengua y región: Melchior, Gathaspa, Bithisarea y otras formas.
- Con el tiempo, la liturgia y el arte estabilizaron las formas más conocidas.
| Elemento | Ocurrencia | Apoyo | Implicación |
|---|---|---|---|
| Número: tres | Occidente | Orígenes; León I (siglo V) | Asociación simbólica con los dones |
| Número: doce | Armenia / Siria | Tradición oriental | Memoria antigua y diversidad litúrgica |
| Nombres | Siglos V–VI en adelante | Mosaico de Rávena; evangelios apócrifos | Variantes regionales y estandarización lenta |
| Arte y liturgia | Edad Media | Mosaicos, manuscritos, sermones | Estandarizan imagen y nombres en la práctica popular |
La cronología se extendió por muchos años, diluyendo la idea de una fijación súbita. Las variaciones enriquecen la tradición y explican por qué hoy vemos diferentes representaciones locales.
Si quieres profundizar en las fuentes antiguas, consulta este resumen enciclopédico.
Cuando América entra en la Epifanía: el Rey Mago Inca y la iconografía colonial
En las iglesias y talleres virreinales apareció pronto una figura que situaba a América dentro de la Epifanía.
La llamada a los pueblos indígenas: el reemplazo de Gaspar en el arte andino
En el arte andino colonial se representó a un rey de piel cobriza o con rasgos andinos. A veces, Gaspar fue reinterpretado o sustituido por un rey con atuendo local.
Ese cambio buscaba mostrar que el cristianismo llamaba a todos los pueblos. Era una manera visual de incluir América junto a Europa, Asia y África.
“La iconografía convirtió la Epifanía en un mapa humano y cultural del mundo.”
- Se aprecia en talleres y escuelas virreinales del Perú y el Alto Perú.
- La adaptación no fue uniforme, pero dejó huella en la práctica devocional.
- En Chile y el Cono Sur estas imágenes dialogan con memorias indígenas y católicas.
| Elemento | Función | Ejemplo |
|---|---|---|
| Reinterpretación de Gaspar | Visibilizar a los indígenas | Pinturas virreinales con rey de piel cobriza |
| Vestuario local | Acercar el relato bíblico | Tocados andinos y textiles |
| Impacto social | Inculturación simbólica | Mayor identificación regional |
Para ver cómo el arte local adapta motivos europeos, consulta este trabajo sobre arte virreinal andino. Estas imágenes ayudaron a que la Epifanía hablara en lenguajes visuales propios de nuestro continente.
Conclusión
La fuerza de esta celebración viene de la suma de relatos, arte y gestos que se han tejido con los años.
Mateo no fija número ni nombres; fue en el siglo iii cuando la tradición sugirió realeza y la tríada de dones. Los nombres aparecen luego, en Rávena (siglo VI), y la imagen sigue cambiando hasta la Edad Media.
La estrella se lee hoy entre astronomía y fe (la hipótesis del cometa del 5 a. C.). La cabalgata moderna nació en Alcoy (1866) y en América nació, incluso, un rey con rasgos andinos.
Lo importante es el momento: los niños, los regalos (oro, incienso y mirra) y el encuentro familiar. Si quieres ampliar contexto, revisa el origen de la tradición.
Tras siglos, los tres reyes siguen inspirando generosidad. Mantengamos la tradición con mirada crítica y cariño; así cada año la celebramos con más sentido.