El pesebre —del latín praesēpe— remite al lugar donde comen los animales y a la cuna humilde del Niño Jesús. Hace más de 2.000 años, el nacimiento en Belén se mostró envuelto en pañales y recostado en un pesebre por falta de posada. Esa imagen simple pasó a ser símbolo de esperanza.
Siglos después, San Francisco de Asís reavivó esa memoria con una representación viviente. Su gesto convirtió una escena bíblica en una práctica popular que cruzó Europa y llegó al mundo. Se fueron sumando la estrella, los ángeles y otros símbolos que facilitan la comprensión.
Hoy, la tradición sigue viva en hogares y comunidades de Chile. Más que decoración, es un relato cargado de significado: humildad, acogida y amor por los más vulnerables. En este artículo repasaremos el origen, la primera representación y cómo esa pequeña escena marcó la historia de la Navidad.
Conclusiones clave
- El término viene del latín praesēpe y alude a la cuna humilde.
- El nacimiento en Belén se convirtió en símbolo universal de esperanza.
- San Francisco de Asís instauró la primera representación viviente.
- La tradición sumó símbolos que ayudan a contar la historia.
- En Chile y el mundo, armar la escena une generaciones y sentidos.
Pesebre origen: del Nacimiento en Belén a la representación en los hogares
El relato de María y José en Belén explica por qué el nacimiento se sitúa en un lugar humilde. Fueron al censo y, al no encontrar un lugar para quedarse, la Virgen dio a luz al niño jesús en un establo.
Contexto bíblico
Los evangelios cuentan que Jesús fue recostado en un pesebre por falta de alojamiento. Esa escena concreta hace tangible el nacimiento jesús y su condición de sencillez y acogida.
De praesēpe a belenes
El término praesēpe evocó la cuna del animal y, con el tiempo, dio paso a los belenes que vemos en iglesias y casas.
La tradición incluye animales como la mula y el buey, inspirados por Isaías:
«conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo»
Estos elementos funcionan como símbolo pedagógico. Junto a los personajes principales, ayudan a explicar el misterio a niños y adultos. Sin embargo, las variantes regionales, incluso en Chile, enriquecen la escena sin cambiar su corazón.
- María y José en actitud orante.
- El pesebre en el centro.
- Personajes que llegan según el relato.
San Francisco de Asís y la primera representación viviente en 1223

En la Navidad de 1223, un gesto en Greccio transformó la forma en que se cuenta el misterio de Belén.
Greccio, Italia: la Navidad que cambió la historia
San Francisco de Asís convocó al pueblo para «ver» el nacimiento con los sentidos. Preparó un humilde establo y pidió que la escena se hiciera real.
Una representación con personas y animales: la forma original
La representación incluyó personas del lugar como María, José y los pastores. También hubo animales reales: mula, buey y ovejas.
Humildad y pobreza: el mensaje espiritual del santo
El santo quiso mostrar que el Rey del universo eligió la sencillez. La escena enseñó que la fe se vive en comunidad y en la cercanía con los demás.
- Acto catequético y comunitario en el siglo XIII.
- Impacto inmediato: el modelo se difundió por Italia y luego por Europa.
- La escena ayudó a contemplar el nacimiento jesús como realidad cercana.
Elementos y personajes del pesebre: símbolos que narran el Nacimiento
Cada personaje del pesebre aporta una lección sobre la fe y la humanidad. La escena reúne elementos sencillos que comunican significados profundos y ayudan a las familias a explicar el misterio del niño.
La mula y el buey: humildad y calor protector
La mula y el buey remiten a Isaías 1,3. Evocan a la creación que reconoce a su Señor y, en la práctica, sugieren humildad y calor que arropa al recién nacido.
Pastores y el ángel: los primeros en adorar
Los pastores, avisados por el ángel, son los primeros en llegar al lugar. Representan a los más sencillos, modelo de fe pronta y confiada.
La estrella: guía y anuncio de esperanza
La estrella señala el sitio del nacimiento. Cumple una doble función: guía física hacia el sitio y símbolo de esperanza para quien busca a Dios con corazón sincero.
Los Reyes Magos: diversidad y universalidad
Los reyes magos —los tres reyes que traen dones— significan la llegada de pueblos diversos. Melchor, Gaspar y Baltasar subrayan que el mensaje es para todos.
| Figura | Símbolo | Significado | Idea práctica |
|---|---|---|---|
| Mula y buey | Animales | Humildad y calor protector | Colocar cerca del niño para destacar abrigo |
| Pastores | Personajes | Fe sencilla y anuncio | Contar su llegada en voz de niño |
| Estrella | Signo | Guía y esperanza | Ubicar en alto apuntando al niño |
| Tres reyes magos | Visitantes | Universalidad del mensaje | Añadir figuras locales al conjunto |
La sagrada familia permanece en el centro, ofreciendo una forma de amor servicial y silencioso. La llegada progresiva de las figuras durante el Adviento ayuda a vivir la espera en casa.
Para ideas prácticas y recursos educativos, visita enseñar valores en familia.
De Europa al mundo: expansión histórica de los belenes

Lo que empezó como una representación local en Italia se convirtió, con los siglos, en una tradición que cruzó fronteras y lenguajes artísticos.
De la crèche al arte napolitano: figuras de los siglos XIV y XV
El término francés crèche popularizó la idea de la cuna en espacios litúrgicos y domésticos.
En Nápoles, durante los siglos XIV y XV, surgieron talleres que crearon figuras de gran detalle. Estas piezas marcaron un estilo reconocible que influyó en escuelas artesanales de larga duración.
La tradición viaja a América con los misioneros y se arraiga en la región
Con la llegada de misioneros, la representación cruzó el Atlántico y se adaptó a paisajes y oficios locales.
Cada comunidad añadió vestidos, escenas y técnicas propias, sin perder el centro bíblico. Así, los belenes ganaron variantes culturales que hoy vemos en ferias y museos.
- La difusión fue impulsada por órdenes religiosas y redes comunitarias.
- Los reyes magos y las figuras locales consolidaron una catequesis visual.
- En muchas casas se prepara el belén en Adviento y se coloca al Niño a las 00:00 del día 25.
Para profundizar en la historia, consulta la historia del belén y las adaptaciones en Iberoamérica en belenes en Iberoamérica. También es interesante ver cómo tradiciones viajeras se mezclan con lo local, similar a otras rutas culturales y de ocio como en aventuras alrededor del mundo.
Tradición viva en Chile y el mundo: armar el pesebre en familia
En muchas casas, armar la escena navideña se convierte en un ritual que une a la familia. Ese momento ayuda a preparar el corazón y a contar, con gestos, el sentido de la Navidad.
Sentido actual: preparar el corazón, educar a niños y fortalecer la familia
Involucrar a la familia es simple: elegir el lugar, asignar tareas a los niños y decidir quién coloca cada figura.
Dejar un espacio entre José y María para poner al niño a la medianoche del día 25 es un gesto de espera y alegría compartida.
La tradición enseña valores: sencillez, solidaridad y acogida. Armar los pesebres en casa educa a niños y adultos en la empatía.
- Incorporar personajes locales —oficios o paisajes chilenos— fortalece la identidad familiar.
- Reciclar materiales y crear piezas sencillas fomenta creatividad y cuidado del hogar común.
- Terminar con una breve oración recuerda vivir como la sagrada familia: con confianza y servicio.
Visitar belenes comunitarios y recursos sobre belenismo inspira nuevas ideas y permite compartir la experiencia con vecinos.
Conclusión
La escena de Belén sigue hablando hoy desde el gesto sencillo de siglos atrás.
San Francisco de Asís encendió una forma de celebrar que, desde Greccio en 1223, llegó a hogares y plazas. Esa tradición conserva un mensaje de humildad, esperanza y amor fraterno.
Las figuras —talleres napolitanos y artistas locales— dieron riqueza a los belenes y permitieron que cada familia cuente la historia a su modo.
En muchas casas aún se coloca al Niño a la medianoche del 25, recordando el humilde nacimiento que inspira la comunidad y el servicio. Para ideas prácticas sobre cómo vivir esta costumbre en familia, visita una tradición que enseña y une a la.
Cerrar el año mirando el pesebre es renovar el origen de nuestra esperanza y el compromiso de vivir la Navidad cada día.
