La estrella más fría conocida desafía la intuición sobre calor y brillo en el universo. Presenta una combinación de baja temperatura y campos magnéticos intensos que alteran cómo percibimos la luz y la energía.
En el vecindario cercano, Próxima Centauri está a 4,24 años luz y es una enana roja de tipo M5.5Ve. Las enanas rojas son objetos de baja masa y luminosidad muy inferior al 10% solar.
Por debajo de 0,08 masas solares aparecen las enanas marrones, sin fusión sostenida de hidrógeno. Este límite explica por qué muchas de estas estrellas quedan ocultas a simple vista.
En esta guía explicaremos el tipo espectral, las diferencias de masa y qué datos y características llevaron al reciente descubrimiento. Estudios publicados en the astrophysical journal y en the astrophysical han validado varios casos límite.
Finalmente, abordaremos por qué este tema importa en Chile: nuevas instalaciones y colaboraciones en radioastronomía amplían nuestro mapa galáctico.
Conclusiones clave
- Entender qué significa decir “la estrella más fría” y por qué resulta sorprendente.
- Clasificación por tipo y energía: dónde quedan las enanas y las enanas marrones.
- Próxima Centauri como ejemplo local y su distancia en años luz.
- Instrumentos modernos y publicaciones en journals han permitido estos hallazgos.
- Relevancia regional: avances en observatorios chilenos y colaboraciones internacionales.
Del Sol a Próxima Centauri: contexto para entender estrellas frías y subestelas
Para entender qué son esos cuerpos tenues, conviene mirar la gama desde el Sol hasta Próxima Centauri. Las enanas rojas ocupan la parte baja de la secuencia principal y tienen temperaturas efectivas típicas entre 2300 y 3800 K.
Su masa va aproximadamente de 0,08 a 0,6 masas solares. Por debajo de 0,08 se encuentran las enanas marrones, objetos que no mantienen fusión sostenida de hidrógeno y solo queman deuterio de forma limitada.
Enanas rojas vs enanas marrones: límites y consecuencias
Las enanas con menos de 0,35 masas solares son totalmente convectivas. Esa convección mezcla helio y alarga la vida útil al consumir el combustible de forma muy eficiente.
Su luminosidad puede caer hasta 1/10.000 de la solar. Ese bajo brillo y su reducido tamaño hacen difícil detectarlas, incluso en sistemas cercanos como Próxima Centauri.
Como resumen, pequeños cambios en masa determinan si un objeto será una enana marrón o una estrella de la secuencia. Para ver cómo cambia la emisión y la cómo cambia la luz, basta comparar ejemplos locales y modelos actuales.
La estrella más fría: WISE J0623 y por qué rompe nuestros esquemas
Un cuerpo que brilla por radio y no por luz visible llamó la atención de varias redes de radioastronomía. WISE J0623 tiene una temperatura estimada en torno a 700 K (≈ 425 ºC), comparable a hornos de pizza y a llamas domésticas.
Se trata de una enana marrón en el umbral entre planetas y objetos estelares. No mantiene fusión sostenida de hidrógeno, aunque puede quemar deuterio en fases tempranas.
Descubrimiento y confirmación
La señal fue captada por ASKAP y confirmada con ATCA y MeerKAT. Ese procedimiento permitió obtener datos únicos sobre sus campos magnéticos, que superan los solares.
Implicaciones
Las enanas marrones tienen masas entre 10 y 90 veces Júpiter. Pequeñas variaciones en masa y energía cambian si hay o no fusión interna.
- El descubrimiento se publicó en The Astrophysical Journal Letters, añadiendo peso al estudio.
- La detección por radio abre caminos para hallar objetos aún más fríos a pocos años luz.
Física y vida alrededor de estrellas frías: lo que dicen los modelos y los datos actuales
Los datos recientes muestran que la estructura interna condiciona mucho la habitabilidad alrededor de enanas rojas. Modelos y observaciones coinciden en que las enanas con menos de 0,35 masa solar son totalmente convectivas.
La convección mezcla helio y mantiene el combustible accesible. Eso estabiliza la energía y el tipo espectral durante periodos inmensos, incluso billones de años.
Secuencia principal y convección total
La convección evita estratificación y reparte la energía por toda la secuencia interna. Eso explica por qué la luz emitida cambia poco en escalas de millones o más veces de años.
Zonas habitables y exoplanetas cercanos
La zona habitable suele caer entre 0,1 y 0,2 UA, con periodos orbitales de 20–50 días para planetas potencialmente templados. Ejemplos conocidos incluyen Gliese 876 y Próxima Centauri b.
“Las enanas convectivas ofrecen estabilidad energética larga, pero sus campos intensos pueden afectar atmósferas planetarias.”
Característica | Valor típico | Implicación para planetas |
---|---|---|
Masa | 0,08–0,35 M☉ | Convección total; vida estelar muy larga |
Zona habitable | 0,1–0,2 UA | Órbitas rápidas (20–50 días); mayor detección |
Campos magnéticos | Intensos | Riesgo para atmósferas; necesidad de protección |
Temperatura efectiva | ~2300–3800 K | Espectro rojo; energía suficiente para agua líquida |
- Ventajas: planetas son más fáciles de detectar por su tamaño relativo y periodo corto.
- Desafíos: actividad magnética puede erosionar atmósferas y cambiar temperaturas superficiales.
- Observación en Chile: instrumentación en el hemisferio sur es clave para seguir sistemas a pocos años luz, como los estudiados en esta nota sobre una nueva supertierra alrededor de una enana.
Conclusión
El hallazgo de WISE J0623 obliga a revisar cómo clasificamos cuerpos por temperatura y emisión. Con ~700 K, este objeto sitúa límites nuevos entre enanas y planetas.
La detección por ASKAP, ATCA y MeerKAT y la publicación en The Astrophysical Journal Letters muestran el avance instrumental. Estos estudios ayudan a entender la ausencia de fusión de hidrógeno en ciertos objetos.
Las enanas y las enanas marrones cerca del sistema solar son laboratorios naturales para analizar habitabilidad. Futuras observaciones, análisis de campos magnéticos y caracterización atmosférica permitirán comparar tipos y detectar variaciones.
Para profundizar en cómo las llamadas estrellas “frías” pueden compartir comportamientos, revisa este resumen de hallazgos: estrellas “frías” pueden no ser tan. Sigue los avances: cada fecha y medida suma piezas a nuestra comprensión galáctica.