Curiosidad típica: un astro que libera energía como una explosión sostenida produce señales potentes, pero no llegan a nuestro oído desde el vacío. La física muestra que el sonido necesita un medio para propagarse; sin ese medio, el ruido no viaja.
En este texto explicamos, de forma clara y breve, por qué desde nuestro lugar en el sistema solar no percibimos ese rugido. Hablaremos sobre ondas mecánicas, helioseismología y cómo la ciencia transforma datos en señales audibles.
También resumiremos estimaciones y comparaciones con fuentes cotidianas. Tras años de estudio, los modelos muestran intensidades imaginarias útiles para entender la dinámica de la superficie y su impacto en la Tierra.
Conclusiones clave
- El vacío del espacio impide la propagación del sonido.
- La actividad solar existe, aunque no la oigamos con el oído humano.
- La helioseismología y la sonificación traducen señales a formatos perceptibles.
- Comparaciones con fuentes terrestres ayudan a dimensionar el posible ruido.
- Esta pregunta impulsa divulgación y nuevas herramientas en ciencia.
Actualidad científica: por qué hoy hablamos del “Sol silencioso”
En años recientes, la comunidad científica ha puesto foco en cómo traducir observaciones solares en experiencias audibles.
Qué dicen los científicos: estudios como los popularizados por Craig DeForest cuantifican la convección y la granulación. Estiman entre 30 y 300 W/m² llegando a capas altas; una referencia típica usa 200 W/m².
Al atenuarse unas 10.000 veces hasta la Tierra, los cálculos dan ~20 mW/m². Convertido a decibelios, ese caso modelado aproxima ~100 dB, comparable a un claxon o una perforadora.
De la imagen al audio
Herramientas como SoSH aceleran oscilaciones y permiten oír la rotación mediante sonificación. NASA ha publicado video con imagen del astro en ocho longitudes de onda y sonidos derivados de registros.
Estos datos y métodos no contradicen que el vacío del espacio impide la transmisión real del sonido. Más bien, ofrecen una forma de medir la potencia hipotética y comunicar el posible ruido a audiencias en Chile y el mundo.
La física del silencio: ondas sonoras, vacío del espacio y límites del oído humano

Las ondas mecánicas requieren materia; sin un medio que vibre no hay transmisión audible. El sonido nace de perturbaciones de presión que recorren un gas, un líquido o un sólido.
Sonido, presión y medios: por qué las ondas no viajan en el espacio exterior
En el vacío no hay suficiente gas ni partículas para acoplar cambios de presión. Por eso el espacio exterior actúa como un lugar aislante frente a fuentes acústicas.
Donde hay plasma cercano al astro, sí aparecen ondas de presión. Pero esas oscilaciones se disipan al entrar en regiones menos densas y nunca mantienen la cadena necesaria para llegar como sonido a nuestros oídos.
Infrasonidos solares y el rango de audición: cuándo “vemos” vibraciones que no oímos
Los registros muestran variaciones de muy baja frecuencia, infrasonidos reales pero fuera del rango del oído humano.
La sonificación acelera o desplaza frecuencias para representarlas dentro del espectro audible. Así, instrumentos transforman energía mecánica en señales que comprendemos, sin confundir energía con sonido directo.
- Resumen: sin medio no hay transmisión de presión.
- Tipos de onda longitudinales explican qué registran los sensores.
- Comprender esto ayuda a interpretar sonificaciones científicas desde Chile.
El sol es silencioso: cómo se “oería” su rugido y qué revelan las vibraciones
Traducir datos en audio ayuda a sentir, aunque sea en laboratorio, la potencia y las vibraciones que ocurren en la superficie del astro.
De W/m² a decibelios
Modelos indican entre 30 y 300 W/m² escapando hacia capas altas; tomando 200 W/m² y una atenuación ~10.000 hasta la Tierra, quedan ~20 mW/m².
Ese caso hipotético se traduce a ~100 dB, un nivel comparable a un taladro o un claxon y que, de mantenerse horas, dañaría los oídos.
Granulación y convección
La convección forma cerca de 10 millones de celdas de granulación, cada una de ~600.000 km².
El ascenso y descenso de gas crea un “jaleo” que inyecta energía y genera ondas que alimentan la corona y la cromosfera.
SoSH, imágenes y video
Proyectos como SoSH aceleran oscilaciones para convertirlas en sonidos útiles a nivel científico.
NASA publicó secuencias en ocho longitudes de onda acompañadas de audio, uniendo imagen y video con traducciones auditivas.
Comparaciones y mirada desde Chile
Comparar con ruidos cotidianos ayuda a dimensionar el posible ruido. En Chile, observatorios y telescopios pueden usar sonificación para divulgar y estudiar la energía y las vibraciones.
Conclusión
Conclusión,
En conclusión, la ciencia muestra que, aunque no llega sonido directo por ausencia de medio, la actividad del astro puede escucharse mediante sonificación. Esto responde a una curiosidad que lleva años en divulgación y acercamiento público.
Las estimaciones actuales sitúan ese caso hipotético cerca de ~100 dB tras atenuación desde 200 W/m². Herramientas como SoSH y videos en múltiples longitudes de onda permiten convertir datos en audio y entender qué tipo de vibraciones existen.
Si quieres ampliar, visita qué se escucha en el espacio para explorar cómo la observación y el modelado acercan el universo a nuestro lugar.
