A finales del siglo XVII, una pequeña comunidad colonial vivió uno de los capítulos más oscuros de Estados Unidos. Entre 1692 y 1693, más de 150 personas fueron acusadas de prácticas sobrenaturales. De ellas, 20 perdieron la vida. ¿Cómo pudo ocurrir esto en una sociedad que se consideraba civilizada?
La respuesta no es simple. Factores como el miedo religioso, las tensiones sociales y hasta posibles intoxicaciones alimentarias crearon un caldo de cultivo para el pánico. Los testimonios de jóvenes adolescentes, marcados por convulsiones y comportamientos extraños, alimentaron la paranoia colectiva.
Lo interesante es que este fenómeno trascendió su época. Autores como Arthur Miller usaron estos eventos como metáfora de persecuciones políticas modernas. Incluso hoy, los juicios sirven como advertencia sobre los riesgos de la desinformación y el fanatismo.
Conclusiones clave
- Ocurrieron entre 1692-1693 en Massachusetts colonial
- Mezcla de factores religiosos, sociales y médicos
- 20 víctimas mortales documentadas
- Impactó la cultura y política estadounidense
- Símbolo contra acusaciones infundadas
- Teorías incluyen el ergotismo (enfermedad del centeno)
Introducción al caso de los juicios de Salem
Febrero de 1692 marcó el inicio de un drama judicial sin precedentes. En Salem Village, dos niñas -Betty Parris y Abigail Williams- presentaron convulsiones y alucinaciones que los médicos atribuyeron a «influencias sobrenaturales». Este diagnóstico desencadenó una serie de acusaciones que nadie pudo contener.
Las primeras órdenes de arresto apuntaron a tres mujeres marginadas: Tituba, una esclava caribeña; Sarah Good, mendiga local; y Sarah Osborne, dueña de tierras en disputa. Para octubre de 1693, más de 150 personas estaban encarceladas solo por testimonios no verificados.
¿Cómo escaló tanto el caso? Tres factores clave:
- Ausencia de protocolos legales para juicios por brujería
- Presión comunitaria por encontrar culpables rápidamente
- Creencia religiosa en el poder tangible del mal
Este episodio revela cómo el miedo puede distorsionar la justicia. La historia nos recuerda que incluso sociedades organizadas son vulnerables ante el pánico colectivo. Lo que comenzó como rumores juveniles terminó redefiniendo el concepto de prueba en Massachusetts colonial.
Antecedentes históricos y contexto religioso

La formación de las colonias puritanas en América no fue solo un proyecto geográfico, sino una misión espiritual. Entre 1630 y 1640, miles de disidentes religiosos cruzaron el Atlántico buscando crear una comunidad modelo basada en interpretaciones literales de las Escrituras. Su lema «Una ciudad sobre una colina» reflejaba esta ambición de pureza religiosa.
El surgimiento del puritanismo en Nueva Inglaterra
Los colonos organizaron cada aspecto de la vida según normas bíblicas. La iglesia y el estado funcionaban como entidades inseparables, vigilando desde la moral personal hasta los negocios. No existía espacio para la disidencia – cuestionar las doctrinas oficiales podía significar el destierro.
«No dejarás con vida a ninguna hechicera»
El rol de la Biblia y la creencia en la brujería
Este versículo se aplicaba con rigor extremo. Para los puritanos, la bruja representaba una aliada tangible del diablo, capaz de arruinar cosechas o provocar enfermedades. Cuando ocurrían desgracias inexplicables, la brujería ofrecía una explicación convincente según su marco teológico.
La cosmovisión religiosa dividía el mundo en dos fuerzas irreconciliables:
- Dios y sus fieles
- Satanás y sus agentes terrenales
Negar esta dualidad equivalía a desafiar la autoridad divina. Así, la caza de brujas se convertía no solo en un acto judicial, sino en un deber sagrado para proteger la comunidad elegida.
El episodio de las Brujas de Salem
Lo que comenzó como juegos infantiles en un frío invierno se convirtió en una tormenta social imparable. En febrero de 1692, dos menores del hogar del reverendo Samuel Parris protagonizaron sucesos que cambiarían la historia colonial.
Inicio de las acusaciones y testimonios impactantes
Betty Parris (9 años) y su prima Abigail Williams (11) presentaron comportamientos inexplicables. Testigos describieron:
- Convulsiones violentas en suelo helado
- Gritos agudos que rompían el silencio invernal
- Movimientos corporales «contrarios a las leyes naturales»
Médicos locales descartaron enfermedades conocidas. Un documento de la época señala: «Sus miembros se torcían como serpientes, siendo imposible contenerlas». Esto alimentó teorías sobre posesión demoníaca.
Perfil de las primeras víctimas y acusadoras
Las acusaciones iniciales recayeron en tres mujeres:
| Nombre | Edad | Posición social | Razón de sospecha |
|---|---|---|---|
| Sarah Good | 38 | Mendiga | Peticiones de comida rechazadas |
| Sarah Osborne | 49 | Terrateniente | Disputas por herencias |
| Tituba | Desconocida | Esclava | Cuentos folclóricos caribeños |
La confesión forzada de Tituba bajo interrogatorio fue clave. Al describir rituales con animales negros y libros rojos, dio credibilidad a los relatos de las niñas. Este testimonio abrió las compuertas para nuevas denuncias.
Contexto social y tensiones en Salem

La vida en el pueblo colonial era una bomba de tiempo social. Vecinos contra vecinos, disputas por cada metro de tierra y sermones que dividían más que unían. Este ambiente explosivo explica por qué las acusaciones encontraron terreno fértil.
Salem Village y Salem Town vivían una rivalidad económica disfrazada de diferencias religiosas. Los agricultores del lugar se sentían explotados por los comerciantes prósperos de la ciudad cercana. Un censo de 1690 muestra que el 60% de las familias rurales tenían deudas impagas con urbanos.
La llegada de cuáqueros y bautistas agitó las aguas. Estos grupos rechazaban la autoridad puritana, creando fisuras en la comunidad. Para muchos, eran herejes peligrosos. Para otros, representaban una alternativa al estricto control eclesiástico.
El historial de conflictos era legendario. Tres ministros anteriores habían renunciado por peleas internas antes de Parris. Un informe de 1689 describe: «Reuniones donde más se gritaba que se rezaba». Esta inestabilidad crónica hizo que cualquier chispa provocara incendios sociales.
Cuando comenzaron las acusaciones, nadie preguntó «¿por qué?». La respuesta estaba en décadas de rencores acumulados. Denunciar a un vecino se convirtió en arma para resolver viejas disputas de tierras o rivalidades familiares.
Relación entre las disputas locales y los juicios
Detrás de las denuncias por brujería latían conflictos cotidianos que dividían a vecinos desde hacía años. La tensión entre Salem Village y Salem Town no era solo geográfica: representaba un abismo económico y social que alimentó sospechas mutuas.
Raíces de un conflicto histórico
Mientras Salem Town prosperaba con el comercio marítimo, el pueblo agrícola sufría pobreza y dependencia administrativa. Esta desigualdad generó resentimientos que explotaron durante los juicios. Un documento de 1689 revela: «Los aldeanos pagan impuestos a la ciudad sin recibir servicios equivalentes».
| Aspecto | Salem Village | Salem Town |
|---|---|---|
| Economía | Agricultura de subsistencia | Comercio internacional |
| Gobierno | Sin autonomía | Control administrativo |
| Clase social | Campesinos endeudados | Comerciantes adinerados |
La rivalidad entre las familias Putnam y Porter simbolizaba esta división. Los Putnam, líderes religiosos del pueblo, usaron las acusaciones contra aliados de los Porter, quienes dominaban la política urbana. Casos destacados:
- John Proctor (comerciante vinculado a Salem Town) acusado tras disputas por tierras
- Rebecca Nurse (familia con propiedades codiciadas) declarada culpable
Como muestra la verdadera historia de las brujas de, muchos casos judiciales escondían venganzas por conflictos no resueltos. Las deudas impagas y los límites territoriales ambiguos se transformaron en pruebas de pactos demoníacos.
El impacto del liderazgo de Samuel Parris

Un ministro con resentimientos personales aceleró la tragedia colonial. Samuel Parris, antiguo comerciante fracasado, llevó sus frustraciones al púlpito. Sus sermones describían cada conflicto local como parte de una guerra celestial entre luz y oscuridad.
Tras abandonar Harvard sin título, acumuló rencor contra los exitosos mercaderes de Salem Town. Desde su iglesia en el pueblo, transformó rivalidades por tierras en batallas espirituales. «El diablo acecha entre nosotros», advertía, señalando a cualquiera que cuestionara su autoridad.
Su hija Betty y su sobrina Abigail fueron las primeras en mostrar síntomas extraños. La presencia de Tituba, esclava caribeña en su hogar, añadió elementos místicos a la crisis. Sus relatos sobre rituales alimentaron los miedos que Parris explotó desde el altar.
Este líder inflexible convirtió desacuerdos cotidianos en pruebas de brujería. Su manejo del caso revela cómo las ambiciones personales pueden distorsionar la justicia. Un recordatorio histórico sobre los peligros del fanatismo y el poder mal utilizado.

